1. La primera raza se creó a partir del primero que moderaba el fuego. Se denominó Edad de Oro, ya que la gente vivía en una especie de Paraíso o Edén sin ningún tipo de preocupaciones, en cuyo lugar crecían frutos sin cesar de los frondosos y enormes árboles. Cantaban, bailaban y danzaban muy alegremente, no sufriendo ningún tipo de enfermedades ni males ni se envejecían. Asimismo, no temían nunca a la muerte.
Sin embargo, y según se cuenta, con el paso inevitable del tiempo, todos fallecieron; y, en la actualidad, son espíritus ancestrales buenos que donan fortuna y defienden la justicia.
2. La siguiente raza superior vivió en la denominada Edad de Plata, un momento no tan afortunado como el anterior. Las personas tuvieron que comenzar a trabajar para poder subsistir día a día. En este momento los bosques se vuelven sabanas y aparecieron las estaciones del año, algo que provocó el cambio y la estabilización del clima tal y como la concebimos hoy.
Empero, finalmente la peste hizo desaparecer a las personas que vivían en este momento.
3. La posterior raza, que tuvo lugar durante la Edad del Bronce, fue mucho más infeliz que la de Plata: las personas que vivieron en ésta tenían la costumbre diaria de luchar; sus diferencias se arreglaban drásticamente de forma violenta.
4. La cuarta raza vivió una segunda parte de la Edad del Bronce (también denominada como la Edad de los Héroes), pero eran más buenos, bondadosos, generosos y nobles, dado que habían sido engendrados por los dioses en mujer aparentemente terrestre y mortal. Lucharon de forma gloriosa en el sitio de Tebas, en la famosa y conocida guerra de Troya y en la expedición de los argonautas.
5. Finalmente, la quinta raza es la raza actual, en la que, para ser precisos, nos encontramos nosotros, descendientes indignos de la anterior. Las personas son injustas, crueles, lujuriosas, traicioneras… conformando la denominada Edad de Hierro, la peor de todas, en donde estallan las guerras más crueles.
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