Reconocen una serie de influencias superiores a la voluntad humana, buenas y malas, a los cuales llaman AITTAH.
A la más benigna de ellas y la más poderosa la denominan AITTAH-TALAC, "el viejo" y parece corresponder a AHAR-AIGICHI, "el abuelito" de los antiguos abipones, y a El Yastay (Llastay, Llajtay) de los comechingones, y también de los calchaquíes. Es el hijo de la Pachamama y por encargo de ella debe cuidar los animales silvestres. Se lo representa como un hombre viejito de barba larga y cuernos como los de un carnero. Los que desean cazar deben dejarle ofrendas, de esta manera aparecerán las aves y la actividad será propicia. Para los pueblos que tienen una economía de recolección lo importante son las entidades que brindan al hombre los frutos de la tierra, pero éste ha de usarlos con mesura y según las legítimas necesidades, de lo contrario estas divinidades hacen pagar bien caro el despilfarro.
Equivale a Cernunnos, de la mitología celta.
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